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Desde que tuvo uso de razón a Cristiano no sólo se le metió en la cabeza ser futbolista profesional, sino ser el número uno. Desde entonces ha peleado para ello y en el 2008, con 23 años, le llegó el reconocimiento mundial. Campeón de la Premier, campeón de Europa, Balón de Oro, mejor jugador del mundo para la FIFA, para los futbolistas profesionales... y para todo aquel que disfrutó de su juego.

Sin saber qué podia ser de él y de su vida, con 11 años cogió su primer avión para dejar su Madeira natal y correr su primera experiencia en la capital. En Lisboa le esperaba el Sporting de Portugal, cuyos técnicos quedaron impresionados con la prueba que le hicieron meses antes. Pagarón 25.000 euros al cambio del momento. Ni santes ni después habian desembolsado tal cantidad de dinero por un chaval que ni siquiera era infantil.

Gran parte de lo que hoy es Cristinao se forjó en las entrañas del estadio Alvalade donde dormia y en los campos de entrenamiento cercanos. Futoboisticamente era un adelantado a su edad, pero no dejaba de ser un niño y estar lejos de su familia era un auténtico trauma. No le importa reconocer que derramó muchas légrimas colgado al teléfono hablando con sus padres y hermanos, pero esa soledad, esa saudade le hizo madurar y crecer antes de tiempo.

Cuando con 18 años se fue al Manchester United ya era un hombre. Pensaba como tal y actuaba como tal. Su evolucion como futobolista iba paralela. Cada temporada se iba convieritendo en mejor jugador y despues de seis años en el futbol ingles decidió que le habia llegado la hora de hacer realidad su penultimo susño de la niñez: jugar en el Real Madrid. Y aqui está. De la mano de Florentino Pérez se presenta dispuesto a marcar una epoca. Su juventud, su experiencia acumulada y su sentido de la superacion permiten pensar que Cristiano Ronaldo está llamado a ser uno de los grandes de la historia y pisar sobre las huellas de los Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona… Tiempo al tiempo.