Descripción:
El hombre es, por naturaleza, un ser social, ya que es en sociedad cuando tiene la oportunidad de desarrollar la mayor parte de las características que lo definen como ser racional. El lenguaje se convierte en la condición indispensable para poder desarrollar esta socialización, ya que es con él, a través de él y gracias a él como podemos comunicar nuestras ideas, nuestros pensamientos, nuestras metas. El lenguaje es, además, una habilidad que solo poseemos los seres humanos, cerrándose así el círculo entre el ser humano social gracias al lenguaje, y el lenguaje como habilidad social del ser humano.

Desde su nacimiento, el ser humano desarrolla esa capacidad lingüística innata a través de la interacción con adultos, adquiriendo así una lengua concreta y, con ella, una serie de comportamientos y actitudes socio-culturales a ella asociados. Por tanto, será la lengua que le rodee durante su etapa de formación, la que modelará su comportamiento, sus actitudes, sus valores, su visión del mundo. Lengua y cultura están indefectiblemente unidas, sin posibilidad de disociarse, ya que ni una lengua puede entenderse alejada de la cultura en la que se formó, ni una cultura puede desarrollarse sin dicha lengua como elemento clave de su propia creación y difusión.

Hay corrientes que pretenden estudiar las lenguas como códigos formales autónomos, separados de cualquier tipo de consideración sobre la etnia, la cultura, la historia o los valores culturales de la sociedad de sus hablantes, pero esto solamente conduce a un estudio muy parcial de la multiplicidad de elementos que las conforman. Una lengua plenamente desarrollada tiene, tal y como un diamante finamente tallado, multitud de caras y aristas, y todas ellas son indispensables para su imagen completa como un todo. Estudiar la lengua disociada de la cultura, es tener en cuenta un único marco de referencia, es estudiar una única cara del diamante; un estudio que, por muy válido que sea, solo muestra una pequeña parte del todo, así como proporciona una imagen totalmente sesgada de lo que es en realidad. La lengua no puede estudiarse separada del comportamiento humano, de los valores y actitudes de sus hablantes, ya que ambos forman un todo inseparable.
- De Presentacion