- Presentación, compilación y notas de Boris Rosen Jélomer, Prólogo de Florence Toussaint Alcaraz

Descripción:
En el México de la Reforma, el periodismo político de combate, tanto de los liberales como de los conservadores, fue instrumento fundamental de expresión de las diversas corrientes políticas e ideológicas. El periodismo jugó un papel determinante en la evolución del pensamiento político y social mexicano del siglo XIX, a la vez que abarcaba el amplio campo de la cultura: progresista, laica y moderna la del partido liberal; tradicionalista, religiosa y colonial la de los conservadores.

Debido a la estrecha trama entre arte, política y religión que se dio durante la Reforma, la prensa política también fue tribuna de las mejores plumas literarias de la época. Ellas contribuyeron a la nacionalización de la cultura mexicana.

Los periodistas de antaño no lo fueron en el sentido actual de la palabra -escribió María del Carmen Ruiz Castañeda-; eran políticos o literatos que, convencidos de la eficacia y bondad de determinado régimen social, se aprestaban a defenderlo en los periódicos, por lo que realmente el periodismo no era una profesión, sino una actividad en cierta forma secundaria; el periodista no era solamente esto: era un hombre de acción que llevaba al terreno de los hechos las doctrinas que sostenía en los diarios. Se hizo, pues, periodismo como un medio y no como un fin.

Guillermo Prieto -tribuno, cronista, poeta, historiador- fue uno de los críticos más agudos de la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XIX. Personificó la conciencia popular y logró comprender el carácter, el espíritu y el modo de ser de toda una época de la historia de México. Contribuyó con su palabra, su pluma y su acción combativa a difundir las ideas liberales de independencia nacional, democracia auténtica y justicia social.

Desde sus inicios como periodista, la idea del joven literato sobre la utilidad, finalidad y misión de la prensa se identificaba con la que predominó en el México del siglo pasado, como se expresa en ‘Dignidad de la prensa’, editorial sin firma publicado el 21 de febrero de 1847 en El Monitor Republicano, diario progresista del que Prieto fue uno de los principales colaboradores:

La prensa es, como todos saben, el freno más fuerte para sujetar las demasías de los gobernantes y poderosos, el apoyo más firme de la libertad y el medio más eficaz de difundir los conocimientos y popularizar la instrucción. Mas, para que se logren tan estimables bienes, es indispensable que siga cierto camino trazado por la razón y la prudencia, y que los escritores no se propongan más objeto que procurar la felicidad pública y el engrandecimiento de su patria. El que, al tomar la pluma en la mano para dirigirse al público, se siente animado de otros sentimientos; el que en vez de resolverse a sostener a todo trance la libertad y la justicia, se constituye defensor de un partido y se aferra por hacerlo triunfar a cualquier costa, prostituye lo más noble convirtiéndolo en vil instrumento de posiciones mezquinas y rastreras.

En forma paralela a su amplia actividad literaria -en la que también se encuentran ideas políticas y de contenido social-, Prieto desarrollaba tina vasta e importante actividad periodística sobre cuestiones generales de interés público. Desde 1841, cuando fite nombrado por el presidente Bustamante director del Diario Oficial, hasta 1897, año de su fallecimiento, el prolífico periodista publicó aparte del folleto Guillermo Prieto a sus amigos, de veinte páginas, más de seiscientos artículos en los principales periódicos y revistas de la época, como se observa en el cuadro de la página siguiente.

En el tomo XXI se reúnen los escritos políticos y sociales de Prieto publicados en Don Simplicio, bisemanario ‘burlesco, críptico y filosófico, por unos simples’. Sus redactores fueron: Guillermo Prieto, con los seudónimos de Zancadilla y Don Simplicio; Ignacio Ramírez, con el de el Nigromante, y Vicente Segura, antes de aliarse con los conservadores, con el de Cantárida. El periódico apareció desde finales de diciembre de 1845 hasta abril de 1846, fecha en que fue suspendida la publicación y encarcelados sus redactores por el presidente Mariano Paredes. El bisemanario reapareció el 1° de julio de 1846 y fue suspendido voluntariamente el 26 de abril de 1847, cuando la invasión del ejército norteamericano.

- DE PRESENTACION de Boris Rosen Jélomer