Description:
La difusión de la imprenta de caracteres móviles en Europa a partir del siglo XV constituye un hito cultural de primer orden; no solo se desarrolló una nueva industria, sino que, a raíz de ello, el mercado de libros alcanzó unas dimensiones hasta entonces desconocidas, conectando las distintas regiones del continente europeo y, pronto también, del americano. Desde muy temprano, la creciente circulación de libros y otros impresos menores fue objeto de atención por parte de las autoridades, civiles y eclesiásticas, que vieron en el libro un vehículo para la propaganda y el bien común, pero también un portador potencial de ideas peligrosas y subversivas.

A lo largo de Ja Edad Moderna, distintas instituciones buscaron promover la producción y circulación de «buenos libros», utilizando medidas tales como la concesión de privilegios y licencias o el nombramiento de impresores oficiales. De forma simultánea, las autoridades se preocuparon por controlar la difusión de la palabra escrita mediante la censura, que ejerció un efecto duradero sobre la cultura, eliminando y transformando los textos y su recepción, así como propiciando la reorientación de la actividad de impresores y libreros.

El presente volumen reflexiona sobre la estrecha relación entre instituciones, producción y mercados del libro, con un énfasis especial en sus protagonistas (libreros, impresores, inquisidores, lectores... ). En los ocho capítulos, escritos por especialistas de Europa y Latinoamérica, el lector encontrará reflexiones sobre las políticas desplegadas por varias instituciones modernas con una doble finalidad: por un lado, favorecer la producción y circulación de textos y, por otro, intervenirlos y controlarlos. Los trabajos aquí reunidos destacan, además, la importancia de la imprenta y el comercio de libros en lugares que tradicionalmente se han considerado alejados del circuito principal del mercado en la Edad Moderna; se trata de una «periferia» que desempeñó un papel clave en una era marcada por la fragmentación política y religiosa, pero también por el desarrollo de procesos globales, que transformaron tanto la economía como la cultura de Europa y América.