Subtitulo : A cien años del golpe de Estado que precipitó la Segunda República en España

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Este libro aporta una nueva mirada y un valioso relato sobre uno de los periodos más apasionantes de la historia contemporánea de España: el final de la monarquía de Alfonso XIII. Es una etapa que no se entiende sin un análisis en profundidad del sexenio primorriverista y los desgobiernos del general Dámaso Berenguer y del almirante Juan B. Aznar. El autor inicia su recorrido por los turbulentos meses previos al golpe de Estado del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, consumado el 13 de septiembre de 1923, para finalizar con el análisis del proceso de republicanización que precipitará el final de la monarquía borbónica.

Forman parte del hilo conductor de este libro la reconstrucción de la convulsión facciosa, la aceptación de la sedición por el rey, la introducción de un nuevo credo patriótico, moralista y autoritario -máxima aspiración del golpismo español-, la afinidad con el fascismo italiano, la construcción de un sistema paramilitar y de partido único dentro de un contexto de regeneración nacional y fuerte españolismo, la violencia ejercida contra obreros y estudiantes, el exclusivismo clerical, la afrenta a la intelectualidad democrática, las conspiraciones civiles y militares, el colaboracionismo socialista, la política de monopolios y la corrupción, el terrorismo de Estado ejercido por los tribunales militares y la estructura paramilitar, entre otros aspectos. La dictadura de Primo de Rivera, como régimen de fuerza opresor, condujo a un callejón sin salida y ensombreció los logros conseguidos en determinadas parcelas.

Primo de Rivera y Alfonso XIII protagonizan unas relaciones interesadas en las que las egolatrías de uno y de otro quedan reflejadas en estas páginas. Su autor nos sumerge en el régimen de acero de Primo de Rivera, en la segunda dictadura de Berenguer y en el gobierno de concentración del almirante Aznar, en un entorno conclusivo de fuerte represión de los movimientos proamnistía y crecimiento de las fuerzas democráticas -incluida una parte del Ejército-. Todos los desaciertos de la Monarquía convergieron en las elecciones municipales que trajeron la República en las urnas abiertas el 12 de abril de 1931. Una España sin rey tomaba las riendas del Estado.