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Obra que puede considerarse como la última de una trilogía sobre el México borbónico, de carácter más general que sus dos antecesores. Con objeto de mostrar la conmoción causada por el ataque de los Borbones a la Iglesia mexicana, el autor incluye capítulos basados en los cronistas mendicantes de Michoacán, en los que se observa la dinámica del catolicismo barroco en la Nueva España de los primeros decenios del siglo XVIII.

La pasión de David A. Brading por la historia mexicana pone en manos del lector ‘Una Iglesia asediada: el obispado de Michoacán, 1749-1810’, libro que «puede considerarse como el último de una trilogía sobre el México borbónico», de carácter más general que sus dos antecesores. Con objeto de mostrar la conmoción causada por el ataque de los Borbones a la Iglesia mexicana, el autor incluye capítulos basados en los cronistas mendicantes de Michoacán, en los que se observa la dinámica del catolicismo barroco en la Nueva España de los primeros decenios del siglo XVIII. Esto, en la primera parte de la obra.

En la segunda, Brading se refiere al clero secular, al papel que desempeñaron las cofradías en la vida parroquial y a las formas de la religión popular. En la tercera parte examina el cabildo de la catedral de Valladolid -Morelia- y da una relación sistemática de las finanzas del clero. El libro termina con un estudio de la vida y los escritos de Manuel Abad y Queipo, último obispo español de Michoacán, quien fue electo pero nunca recibió la confirmación papal a la dignidad. De hecho, afirma el autor, la obra consta de ensayos separados sobre variados aspectos de la vida eclesiástica en la diócesis de Michoacán.